Un recuerdo por cada día, acompañado por una sonrisa cada algunas horas, a veces no. A veces una lágrima o dos. No hubo un solo día de vacío en los recuerdos, siempre lo llenó el verde de aquellos ojos, profundos, melancólicos de largas pestañas negras.
Se instaló y se quedó... se guardó.
1 comentario:
Que hermosas palabras, muy reflexivas.
Saludos,
Postes de madera
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